La filosofía FENG SHUI en la cocina
Artículo revisado por el Comité
Las fuerzas del yin y el yang en los alimentos deben estar en equilibrio para mejorar el funcionamiento del organismo, purificarlo y perder peso.
La comida es energía vital. Así que tenemos que elegir qué comer de acuerdo con las siempre cambiantes energías de nuestra vida, y preparar los alimentos de acuerdo a lo que la naturaleza ofrece estacionalmente en sintonía con nuestras necesidades y los biorritmos. Los principios del Feng Shui aplicados a la investigación culinaria, pueden mejora nuestra calidad de vida.
El Feng Shui es una de las artes chinas que consideran fundamental la idea del yin y el yang, opuestos sin oposición, cuyos cambios constantes de interacción dan lugar a la infinita variedad de patrones de la vida. Estas dos fuerzas deben estar en equilibrio en todos los aspectos que rodean nuestras rutinas, incluso en la alimentación.
Todo esto tiende a mantener el equilibrio en nuestras energías vitales, incluso con el cambio de las estaciones, y con la ventaja de una cocina con bajo impacto ambiental y asegurar la energía física y mental, incluso del cosmos.
Los alimentos con energía yang generan calor y contienen cantidades importantes de proteínas y grasas. Son, por ejemplo, las carnes, los pescados y los huevos. Mientras que los del yin son refrescantes, dulces y contienen más líquidos, como los yogures y los jugos de frutas.
Este tipo de dieta por ser normocalórica es ideal para quien desea perder peso sin reducir sus fuerzas. Pero es necesario mezclar los productos de manera tal que la alimentación resulte un delicado balance entre los dos grupos de energías, así ayuda a mejorar el funcionamiento del organismo y purificarlo. También contribuye a evitar molestias estomacales, como sensación de llenura, náuseas, fatiga, cólicos, entre otros.
Las personas que creen en la cultura oriental son las que generalmente combinan el yin y el yang de manera armónica, mezclando los ingredientes para balancear la comida. La meta es equilibrar ambas energías en todos los aspectos. De esa manera la persona se mantiene saludable física y mentalmente. Alimentarse siguiendo las reglas del Feng Shui es conveniente para quienes tienen un desbalance psicológico y que desencadena en trastornos orgánicos. O para quienes simplemente necesiten armonizar los alimentos para combinar energías y lograr un equilibrio energético.
El Feng Shui se basa en la existencia de un aliento vital o Chi, cuyo flujo se ve modificado por la forma y disposición del espacio, los puntos cardinales y los cambios temporales. Por esto es bueno darle importancia al ambiente y al entorno físico dentro del cual se preparan y consumen los alimentos. Así se puede potenciar el equilibrio y la carga yin o yang de los platos.
- Usá la carne como un complemento y no como el plato principal
- Aumentá el consumo de fibra, vegetales y frutas
- Experimentá con sabores exóticos y sin grasa. Utilizá condimentos.
- Nunca comas mirando tele o distraído. En el Feng Shui se aprecia lo que se come y que los alimentos son para nutrirnos.
- Usá métodos de cocina bajos en grasa, técnicas de cocción que requieran poca grasa como hervir, hornear y asar. Usá aceite de girasol, oliva o vegetales para cocinar los alimentos, pero evitá freírlos
- Madera: Ayuda a desintoxicar el hígado y la vesícula biliar: pollo, pavo, queso, yogur, apio, lechuga, manzanas, kiwi...
- Fuego: Mejora la función del corazón, intestino delgado y sistema circulatorio: espárragos, pepinos, granadillas...
- Tierra: Fortalece el estómago, bazo y páncreas: pastas, lentejas, coco, sandía y aceite de oliva...
- Metal: Mejora la capacidad pulmonar y evita el estreñimiento: berro, rábano, cebollín, nabos.
- Agua: Mejora la labor de los riñones, vejiga y las funciones sexuales: pavo, ostras, agua mineral...
- Madera: Ayuda a desintoxicar el hígado y la vesícula biliar: albahaca, cerezas, vinagre balsámico, ortiga, vinos dulces...
- Fuego: Mejora la función del corazón, intestino delgado y sistema circulatorio: carnes a la parrilla, rábano, coñac...
- Tierra: Fortalece el estómago, bazo y páncreas: anís, pimientos verdes y rojos, grosellas, nueces...
- Metal: Mejora la capacidad pulmonar y el sistema digestivo: ají pimentón, canela, jengibre, ajo...
- Agua: Ayuda a la labor de los riñones, vejiga y las funciones sexuales: langostinos, cerdo, salmón, clavo de olor...